1 de enero del 2010
Hoy reflexiono en todas esas quemadas con los escapes, esos golpes en las manos, esas noches que una falla de algún carro no me dejo dormir, en aquellas ocasiones en las que probando un carro con falla intermitente, me quede tirado o porque no dejo el cliente la llave del tanque de gasolina y se me acabo esta, en esas noches en que llegue a la cama bañado de aceite y de lo cansado que estaba ya no quise bañarme y deje en la almota mi silueta, después de bajar y subir una transmisión 5 ocasiones, en aquellas ocasiones en las que arrancaba un motor después de haberlo ajustado y me sentía realizado, como en las otras cuando soñaba con alguna herramienta que me hacia falta y al tenerla era mi juguete nuevo, en esos tragos de gasolina que muchos mecánicos conocen, es difícil ser mecánico, pero también se nos vuelve difícil no serlo, es un juego de nunca acabar, exige todo, esto que muchos llaman oficio, para mi es una profesión, exige los 5 sentidos y con el tiempo acaba con ellos, en ocasiones llora uno como niño por sentirse impotente ante la fallas que se presentan pero también cuando uno las supera y dice no que no pinché maquina no que no te dejabas o cuando te llega un cliente y te dice oiga maestro ¿cuanto tiempo tenemos de conocernos?, unos 20 años UD. Conoce a mi hijo pues ahora le traigo a mi nieto para que le arregle su carrito y piensa uno carajo que rápido se fue el tiempo aquí entre fierros.
Hoy reflexiono en todas esas quemadas con los escapes, esos golpes en las manos, esas noches que una falla de algún carro no me dejo dormir, en aquellas ocasiones en las que probando un carro con falla intermitente, me quede tirado o porque no dejo el cliente la llave del tanque de gasolina y se me acabo esta, en esas noches en que llegue a la cama bañado de aceite y de lo cansado que estaba ya no quise bañarme y deje en la almota mi silueta, después de bajar y subir una transmisión 5 ocasiones, en aquellas ocasiones en las que arrancaba un motor después de haberlo ajustado y me sentía realizado, como en las otras cuando soñaba con alguna herramienta que me hacia falta y al tenerla era mi juguete nuevo, en esos tragos de gasolina que muchos mecánicos conocen, es difícil ser mecánico, pero también se nos vuelve difícil no serlo, es un juego de nunca acabar, exige todo, esto que muchos llaman oficio, para mi es una profesión, exige los 5 sentidos y con el tiempo acaba con ellos, en ocasiones llora uno como niño por sentirse impotente ante la fallas que se presentan pero también cuando uno las supera y dice no que no pinché maquina no que no te dejabas o cuando te llega un cliente y te dice oiga maestro ¿cuanto tiempo tenemos de conocernos?, unos 20 años UD. Conoce a mi hijo pues ahora le traigo a mi nieto para que le arregle su carrito y piensa uno carajo que rápido se fue el tiempo aquí entre fierros.